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La (posible) microbiota de los super

¿Alguna vez te has preguntado qué hay dentro del intestino de un superhéroe o un supervillano?. Esta pregunta, que puede no tener sentido en la realidad cotidiana, abre la puerta a un interesante recorrido de aprendizaje por lo desconocido. Como ya sabemos la microbiota intestinal, el ecosistema de microorganismos que habita en nuestros intestinos, tiene implicaciones fundamentales para nuestra salud, y mantener una microbiota equilibrada es de suma importancia. En este blog, saldremos de la caja y nos aventuraremos más allá de la superficie de la ficción para explorar cómo la microbiota intestinal podría ser clave en la biología y el comportamiento de estos icónicos personajes, basados en fundamentos científicos reales.

En una galaxia muy, muy lejana…

Cuando en 1999 se estrenó Star Wars Episodio I: La amenaza fantasma, uno de los nuevos elementos que fueron introducidos (y que son causa de controversia entre los fans de la saga) es la existencia de formas de vida que residen en todos los organismos vivos, y que serían el puente entre el huésped y la Fuerza: los midi-chlorians. Según el lore de Star Wars, a mayor concentración de midi-chlorians mayor sería la sensibilidad del portador a la Fuerza.

Si bien este concepto no surgió como una referencia, el paralelismo con la microbiota, y en especial, con la microbiota intestinal es muy evidente. Y si bien en la vida real no existe el concepto de “La Fuerza”, existe investigación reciente y un creciente interés en la importancia de la microbiota y su conexión con el cerebro, lo cual puede modular el comportamiento y el ánimo.  Si quieres conocer mucho más de las conexiones entre la microbiota y el cerebro, te recomiendo el siguiente blog: “¿Qué Sabemos del Eje Microbiota-intestino-cerebro?

Exploremos algunos “superpoderes”

Aun cuando ya sabemos que la microbiota intestinal no te generará ningún superpoder más allá de una vida saludable (lo cual en sí es de todas formas un enorme beneficio), múltiples características fisiológicas interesantes se han asociado a cambios en la composición de microorganismos en el intestino. Acá algunos ejemplos. 

La superfuerza

En ficción, muchos superhéroes cuentan con la habilidad de ser más fuertes que el promedio de los seres humanos. Curiosamente, los cambios de la composición de la microbiota intestinal también se asocian con un mejor estado físico. La evidencia sugiere que el ejercicio físico es capaz de inducir cambios significativos en la composición microbiana intestinal, con variaciones dependiendo del tipo de ejercicio que el individuo se somete. 

Por ejemplo, la presencia de ciertas bacterias como Faecalibacterium prausnitzii y Veillonella atypica se ha asociado a un mejor rendimiento en el ejercicio en ratones y corredores de maratón, respectivamente. [1][2] La microbiota intestinal puede regular el músculo esquelético a través de varios mecanismos, como la modulación de la inflamación, el metabolismo energético y la síntesis de proteínas musculares. [2] Si quieres saber cómo la microbiota y los probióticos juegan un papel importante en el deporte, revisa el siguiente artículo: “¿Cuál es el impacto de los probióticos en el deporte?

Regeneración rápida

Algunos de los personajes de ficción más icónicos como Wolverine o Deadpool cuentan con la capacidad de regenerar rápidamente cualquier clase de herida, permitiéndoles seguir en combate. Si bien la microbiota intestinal no lograría tal nivel de mejora, si se ha visto que juega un rol importante en la regeneración rápida de lesiones o heridas, esto gracias a la relación directa de la microbiota con el sistema inmune, la inflamación, y los procesos metabólicos. 

En el contexto de lesiones medulares, por ejemplo, se ha encontrado que la microbiota intestinal influencia la recuperación al modular la respuesta neuroinflamatoria y afectar las neuronas centrales. [3] Del mismo modo, en caso de traumatismos craneoencefálicos, cambios en la microbiota intestinal se han relacionado con la progresión secundaria de la lesión y la neuroinflamación en ratones, lo que indica una posible vía terapéutica mediante la restauración del microbioma intestinal [4].  
Por último, la microbiota intestinal se ha asociado a la regeneración de tejidos en el intestino, con estudios que demuestran que poblaciones bacterianas específicas se enriquecen durante el proceso de cicatrización de heridas, contribuyendo al restablecimiento de las funciones de barrera intestinal y a la reparación de la mucosa [5][6]. 

Longevidad

Finalmente, otro atributo importante de varios superhéroes y supervillanos es la capacidad de vivir cientos o miles de años, algo imposible para los seres humanos. Y si bien, un cambio en la microbiota no es el secreto de la inmortalidad, existe investigación que vincula directamente a la microbiota intestinal con cambios relacionados al envejecimiento entre múltiples especies. Estudios han mostrado que modificaciones en la microbiota intestinal, particularmente en personas mayores, puede afectar parámetros de salud, predisposición a enfermedades relacionadas con la edad o la promoción de un envejecimiento saludable. [7][8

La investigación indica que la disbiosis de la microbiota intestinal es un marcador del envejecimiento relacionado a enfermedades, y moduladores de la microbiota como probióticos y postbióticos han mostrado evidencia como geroprotectores. Estos componentes se han estudiado por su potencial de retrasar la senescencia del sistema inmune, prevenir la disfunción mitocondrial, y regular el consumo de alimentos y metabolismo, los cuales son aspectos importantes en el envejecimiento biológico. [9][10][11]

Por último pero no menos importante, factores como la dieta, ejercicio y estilo de vida influencian la microbiota intestinal, destacando el potencial de intervenciones como los prebióticos, los probióticos y un estilo de vida saludable para modular el microbioma y mejorar los resultados de salud en las personas que envejecen.

Referencias 

[1] Wegierska, A. E., Charitos, I. A., Topi, S., Potenza, M. A., Montagnani, M., & Santacroce, L. (2022). The Connection Between Physical Exercise and Gut Microbiota: Implications for Competitive Sports Athletes. Sports Medicine, 52(10), 2355–2369. https://doi.org/10.1007/s40279-022-01696-x

[2] Li, G., Jin, B., & Fan, Z. (2022). Mechanisms Involved in Gut Microbiota Regulation of Skeletal Muscle. Oxidative Medicine and Cellular Longevity, 2022, 2151191. https://doi.org/10.1155/2022/2151191 

[3] Cui, Y., Liu, J., Lei, X., Liu, S., Chen, H., Wei, Z., Li, H., Yang, Y., Zheng, C., & Li, Z. (2024). Dual-directional regulation of spinal cord injury and the gut microbiota. Neural Regeneration Research, 19(3), 548–556. https://doi.org/10.4103/1673-5374.380881 

[4] Celorrio, M., & Friess, S. H. (2022). Gut-brain axis in traumatic brain injury: impact on neuroinflammation. Neural Regeneration Research, 17(5), 1007– 1008. https://doi.org/10.4103/1673-5374.324839 

[5] Díaz-Díaz, L. M., Rodríguez-Villafañe, A., & García-Arrarás, J. E. (2021). The Role of the Microbiota in Regeneration-Associated Processes. Frontiers in Cell and Developmental Biology, 9, 768783. https://doi.org/10.3389/fcell.2021.768783 

[6] Alam, A., & Neish, A. (2018). Role of gut microbiota in intestinal wound healing and barrier function. Tissue Barriers, 6(3), 1539595. https://doi.org/10.1080/21688370.2018.1539595 

[7] Salazar, J., Durán, P., Díaz, M. P., Chacín, M., Santeliz, R., Mengual, E., Gutiérrez, E., León, X., Díaz, A., Bernal, M., Escalona, D., Parra Hernández, L. A., & Bermúdez, V. (2023). Exploring the Relationship between the Gut Microbiota and Ageing: A Possible Age Modulator. International Journal of Environmental Research and Public Health, 20(10), 5845. https://doi.org/10.3390/ijerph20105845 

[8] Brooks, C. N., Wight, M. E., Azeez, O. E., & Bleich, R. M. (2023). Growing old together: What we know about the influence of diet and exercise on the aging host’s gut microbiome. Frontiers in Sports and Active Living, 5, 1168731. https://doi.org/10.3389/fspor.2023.1168731 

[9] Miller, B. C., Mathai, M., Yadav, H., & Jain, S. (2024). Geroprotective potential of microbiome modulators in the Caenorhabditis elegans model. Geroscience, 46(1), 129–151. https://doi.org/10.1007/s11357-023-00901-7 

[10] Bosco, N., & Noti, M. (2021). The aging gut microbiome and its impact on host immunity. Genes & Immunity, 22(5-6), 289–303. https://doi.org/10.1038/s41435-021-00126-8

[11] Bonfili, L., Cecarini, V., Berardi, S., Scarpona, S., Suchodolski, J. S., Nasuti, C., Fiorini, D., Boarelli, M. C., & Rossi, G. (2017). Microbiota modulation counteracts Alzheimer’s disease progression influencing neuronal proteolysis and gut hormones plasma levels. Scientific Reports, 7(1), 2426. https://doi.org/10.1038/s41598-017-02587-2